La tragedia va de un corazón que se rompe por dentro. Que se revienta desde un detonador que coloqué en sus bragas. Todo nuestro gran cóctel de sensaciones corriendo fregadero abajo.
LUEGO, EL PROCESO ME HACE ABRIR LOS OJOS Y VEO
Víctimas de su tiempo. Tan flamantes. Dando vueltas en círculos con bolsas de plástico y teléfonos en las manos. Tan felices y ridículos. Tan como yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario